Resurgimiento Pos-Prodan
La vida de SUMO terminó en el mismo instante en que Luca Prodan ahogaba su cuerpo con Ginebra por última vez en su departamento de Alsina 451. La sensación de vacío golpeó rápidamente a los integrantes de la banda. Sabían que sin el carisma del frontman angloitaliano Sumo también sería enterrado. Rápidamente comenzó el desmembramiento: German Daffunchio regresa a las sierras de Córdoba junto con el mánager y amigo íntimo de Luca Timmy Mackern; Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Roberto Pettinato sentían la necesidad de hacer algo pero sin saber con plena certeza qué rumbo tomar (finalmente Pettinato abandonaría el proyecto de Divididos cuando decide trasladarse a España).
Según lo relata la propia página oficial, surge la oportunidad de una nueva invitación para el Chateau Rock, cuyas ediciones anteriores Sumo alcanzaba su popularidad. German Daffunchio se pone a ensayar, convoca a Superman Troglio, e invita a un viejo amigo de la primera formación de SUMO, el propio Alejandro Sokol. Según algunos rumores, el bocha se había hecho mormón o evangelista luego de haber desaparecido de la historia de SUMO. Sin embargo tenía su propia banda llamada simplemente S.O.K.O.L “Yo estaba tocando en Buenos Aires como s.o.k.o.l. Yo con una guitarrita y algunos covers. ¿Qué significaba la sigla? Nada. Fue una recomendación de Pettinato. Lo llamé cuando nos separamos para que le pusiera el nombre a mi banda y me dijo: ponéle Sokol, con siglas, es algo loco. Y yo [se ríe y gesticula cara de aturdido]… le hice caso” segun recordaba Sokol durante una entrevista de Rolling Stone.
La primera formación debuta el 5 de noviembre de 1988 en Dallas Pub. Sokol se hace cargo del pié de micrófono vocal, y la banda se irá acomodando a medida en que varios integrantes se van sumando y restando. Fue largo y lento el ascenso desde el nivel del Under hasta el status mayor de ser una de las bandas de mayor convocatoria en nuestro país.
Fueron en total 9 discos los realizados, desde el primer éxito inicial "Corderos en la Noche" hasta el profético "Basta". En esa carrera Alejandro Sokol, German Daffunchio fueron logrando una mística especial que conservaba la simpleza y el espíritu under, con letras sin ninguna clase de barroco. Los ajustes finales fueron pulidos por los integrantes que quedaron definitivos como Alejandro Gómez (trompeta, trombón, percusión y coros), Gabriela Martínez (bajo y coros), Gustavo Jove (batería), Sebastián Schachtel (teclados) y Tomás Sussmann (guitarra y coros), y sin olvidar tampoco el aporte de los que fueron quedando en el camino, como aquellos viejos amigos de la época de SUMO ( "Superman" Troglio y Marcelo "Gillespi" Rodríguez).
Hurlingam siempre fue uno de los principales responsables de dar vida a SUMO. Allí la spiezas del rompecabezas comenzaron a cuajar. También fue el caso de Daffunchio y Sokol que forjaron una amistad compartiendo zapadas de Sui Generis.
“Para esa época yo era un guitarrista de asado”, atestigua Alejandro: “Yo agarré la guitarra a los 9 años. Pero antes, en casa, ponía a los Beatles en pasta, en el wincofón. Y le sacaba las ollas a mi vieja para tocar la batería como Ringo Starr. Andaba todo el día golpeando cosas y buscando sonidos. ¡Si me habrán cagado a patadas por abollar las cacerolas!”.
Durante las inesperadas idas y vueltas de la vida, ambos conocen en Córdoba a un Italiano que fue a desintoxicarse de una fuerte adicción a la heroína que casi le cuesta la vida. Luca Prodan también tenía su guitarra y cuando le hicieron escuchar temas de Sui Generis, el tano pensó la idea loca de formar una banda que rompa con un nuevo estilo similar a Joy Divition. Luca viaja Europa, consigue los equipos necesarios y se da lugar a la primera formación de SUMO. Alejandro Sokol tuvo que improvisar un papel de bajista. Cuando la baterista inglesa que llamó Luca no pudo continuar debido al conficto bélico en Malvinas, Alejandro se tuvo que trasladar del bajo (ya ocupado por Diego Arnedo) y sentarse en e la batería.
Con el transcurso de las presentaciones en los principales antros del país, y con el descontrol que eso significaba, el bocha Sokol no pudo continuar más. En el documental de Rodrigo Espina "Luca", Alejandro Sokol menciona algo acerca de su inesperado alejamiento de la banda. Esta entrevista de Clarín brinda más detalles:
-¿Te arrepentís de haberte ido de la banda tan rápido?
-"Para nada. Sumo era un infierno, nos dábamos con todo; si no me iba, me moría. Pasé por una situación difícil en un show, un susto que fue determinante. No quise firmar contrato después, ni seguir grabando, ¡me querían matar! Pero quedó todo bien. Me acuerdo que una de las últimas veces que lo vi a Luca, me puso la mano en el hombro y me dijo: "Alejandro, vos sos un Sumo".