lunes, diciembre 14, 2009

Ser Peronista



¿Qué es ser peronista? Debe ser uno de los tantos misterios que hasta el propio Juan Domingo le costaría poder responder. Si bien, durante su gobierno se dedicó a encuadernar y repartir en todas las escuelas su propia doctrina religiosa acerca de cómo debía ser un peronista, el transcurso de los años de la historia le habrán demostrado que decenas de ideologías se han autoproclamado como peronistas siendo absolutamente contradictorias, atentando contra su propia forma de ser y pensar.



Y cuando los intentos de racionalización de una expresión se tornan tan complejos, abstractos, y sobretodo retorcidos, lo recomendable es acudir eficazmente a un ejemplo que nos genere la creación visual icnográfica de un concepto ejemplificador para que nuestra mente pueda comenzar a digerir más información al respecto:

Supongamos que estamos presenciando una conferencia, una reunión, o un mitin que agasaja a una cantidad considerable de personas compartiendo una comida alegremente en cada mesa y en donde el ruido de los murmullos no permite poder captar alguna conversación en especial. El motivo del evento es por la simple afinidad de identificarse con los emblemas del peronismo de todos los tiempos. La foto de "El General" y Evita no pueden estar ausentes de las paredes perimetrales y, el saludo victorioso es una seña tan particular e identificable como el saludo Vulcano del Señor Spock en “Viaje a las Estrellas”.



De pronto un individuo se deja llevar por un impulso muy poco premeditado, se despega de su silla, se pone de pié enérgicamente, levanta su brazo aplicando una fuerza tal que se remarcan las venas sobre que fluyen la sangre sobre el puño y su cuello, y al mismo tiempo que lograr irrumpir el torrente de voces mediante un grito que obliga a llamar al silencio. Esa persona inesperadamente ejecuta el siguiente concepto socio- económico: “Viva el Capital”.

¿Cómo reaccionarían los peronistas ante esa situación?

-“Depende de qué clase de peronista estamos hablando” sería la respuesta más adecuada, a la que indefectiblemente vendrá acompañada de un porqué:

  • Porque si es un peronista clásico de 1946 automáticamente demostraría oposición repeliendo a esta persona mediante silbidos y abucheos e insultos.

  • En caso de ser peronista modelo 73 automáticamente planearía la forma de instalarle una bomba en su casa o lanzarle una granada en ese mismo instante.

  • Pero si es un peronista de la década de los 90, se levantaría de forma inusitada, aplaudiría inescrupulosamente y se quedaría disfórico de generar tantas ovaciones.

  • Y finalmente si es un peronista autóctono de estos tiempos contemporáneos, simplemente silbaría y abuchearía muy fuerte por arriba para que todos los presentes lo escuchen y lo vean, y por debajo de la mesa –donde nadie puede observarlo- aplaudiría con mucha cautela.

Si hay algo que queda claro es que todos son peronistas. El problema es ese “ser” peronista que sufre una particular metamorfosis con el pasar de las décadas. Pero el General también atendía esta clase de cuestiones, y por eso quedó remarcada en el recuerdo popular su frase célebre enmarcada dentro de las veinte verdades peronistas:”Para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista”.

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