lunes, mayo 26, 2008

Palabrotas

"Solo existen dos motivos por los cuales una persona puede no haber proferido un insulto jamás en su vida: que sea un pelotudo de mierda o que sea un hijo de re mil putas".

Proverbio Chino -Extraído de "Puto el que Lee", el Diccionario Argentino de insultos, injurias e improperios; Publicación de la Revista Barcelona-.

Según el diccionario de la Real Academia Española, -adherida a la Academia Argentina de Letras- , la puteada es el módico acto de: "Injuriar, dirigir palabras soeces a alguien", o más vulgarmente explicado como una forma de: "Fastidiar, y/o perjudicar a alguien".
Cuanta pasión ponemos los Argentinos a la hora de construir esta clases de acciones, estrechamente ligada a una provocación disparadora por determinado contexto; y cuando nuestra voluntad de pensar cesa completamente sus funciones, dejando todo el control a la merced de nuestras emociones.
La Periodista Cecilia Absatz, destaca ciertos estudios científicos relativos a la naturaleza de proferir improperios: "
Hay, parece, en todo cerebro humano una zona “alta”, que está a cargo del intelecto, la razón y los proyectos, y una suerte de arrabal neurológico más antiguo y “bestial” que genera nuestras emociones. Dicen los lingüistas que en la maldición hay una mezcla de sentimientos espontáneos en su estado más crudo, un dardo verbal que se dispara con ingenio y afinada puntería. Dicho de otro modo, los insultos y las maldiciones no son elegidos al azar; por el contrario, expresan el motivo de su odio con -incontrolable- claridad". Y así, prosigue desarrollando su artículo hasta lograr una suerte de síntesis: "El lenguaje que la sociedad considera soez y prohibido, entonces, suele provocar sobresaltos, pero también puede ser un medio de descargar la ira y otras tensiones. Una retahíla de malas palabras expresadas con la debida pasión podría no ser un acto de hostilidad, sino una forma de recuperar la tranquilidad y la armonía".
!Vaya enfoque que se empieza a virar! Las maestras de Escuelas primarias chapadas a la antigua, se horrorizarían de leer esta clase de afirmaciones, donde se establece que esas "Malas Palabras" no parecerían ser tan nocivas como antes se creía. Bajo este análisis ¿Merece ser penalizado un Alumno por insultar de la misma forma que lo hacen sus mayores en los ámbitos cotidianos de la vida? Todo dependerá de la construcción que se haga, y de la internacionalidad con que fueron expresadas.
"
A mi leal saber y entender. Cuando las tengo que decir, las digo. El problema es usarlas cuando resulten necesarias, cuando traduzcan un estado interno explosivo. Y lo que molesta, ya sea en el cine o en la literatura, es abusar inútilmente de ellas". Esta declaración pertenece nada más y nada menos que a Raúl Castagnino, uno de los ex Presidentes de la Academia Argentina de Letras, refiriéndose a su facultad de insultar, durante una entrevista que realizó Carlos Ulanovky, documentada en la publicación de su libro: "Los argentinos por la boca mueren: cómo usamos y abusamos de la lengua, Editorial Planeta en 1993". (Este dato lo extraje del blog de María del Carmen Ruíz). Castagnino también destaca: "Cambiaron los conceptos de pureza idiomática. Ahora importa fundamentalmente que las palabras digan, aunque sea con crudeza, lo que tengan que decir".
Continuando con las palabras autorizadas sobre el tema, recordemos a Roberto Fontanarrosa, pidiendo una amnistía para las "Malas palabras", durante el desarrollo del Primer Congreso de la Lengua en su querido Rosario, en el año 2004:



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Ahora les propongo ver un muy buen ejemplo de cómo utilizar correctamente un insulto (muy utilizado por los Argentinos) con fines humorísticos, parodiando nuestra forma de construcción lingüística popular. Es un Sketch televisivo de "Todo por $2", programa conducido por Diego Capusotto y Fabio Alverti, al que le dieron como nombre "HP":



Elizabeth Vernacci, como forma de sobrevivir al frente del micrófono en un medio radial dominado por una amplia mayoría de hombres, ha manejado un lenguaje absolutamente guarro. Por su forma de ser y por su profesionalidad, se ha ganado el espacio dentro de la Rock & Pop, el respeto de sus colegas, y una enorme masa de oyentes que se mantienen fieles por su particular manera de expresarse. Pero también ha sido víctima de los constantes controles del COMFER (Comité Federal de Radiodifusión), quien ataca con una innecesaria obsesión cada vez que a alguien se le escapa algún insulto al aire. Supongo que por este factor, la negra Vernacci en su programa "Tarde Negra" debió que emplear ciertos métodos para poder evadir -y ofuscar hasta el cansancio-, a los miembros responsables del organismo regulador. Escuchemos un capítulo de "El Pato Pijudo" para que puedan entender un poco a lo que estoy refiriendo:



Sin otro particular cierro este posteo saludando atentamente, esperanzado de poder desinhibir algún alma censurada por el lenguaje formal correcto...

2 comentarios:

Tony Blas dijo...

Brillante Emo! Realmente.

Anónimo dijo...

Excelente, le gente en el ciber me estan mirando como si fuera un loco (por las carcajadas)...
un abrazo

 
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