Otras Yerbas

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Nunca creí que una artesanía devenida cada vez más en un artículo de "merchandising criollo" pueda ser fruto de una creación poética.
Recibí como regalo un equipo de mate completo, proveniente de Tucumán. En él contenía un breve texto anónimo que poseía en forma de prosa, el verdadero y puro secreto de la esencia popular de esta infusión. Lamentablemente el autor de esta maravilla literaria no estampó su nombre.

El Post de mi compañero Prometeano, menciona el comentario que realizó un profesor, acerca de unos españoles que no podían entender cómo un argentino podía chupar en la misma bombilla en que había tomado otra persona. Este texto que adjunto a continuación ayudará a comprender el porqué muchos latinoamericanos nos arriesgamos a compartir esta poderosa infusión que va más allá de nuestra necesidad de alimentarnos:

Nota: El texto contenía muchos errores de ortografía, y complicaciones gramaticales. Intenté solucionarlo de la mejor manera posible para no romper con su mística original.

Reflexiones Sobre el Mate

"El Mate": Es una infusión de hierbas que se toma no precisamente porque se tenga sed. Es mas bien una costumbre. Es exactamente lo contrario a la televisión. Te hace conversar si estás con alguien. Y te hace pensar cuando estás solo; cuando llega alguien a tu casa la primera frase es: "Hola", y la segunda es "¿Tomamos unos Mates?".
Esto pasa en todas las casas: en la de ricos y en la de pobres; pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros; pasa entre ancianos, y entre los adolescentes. Es una de las pocas cosas que comparten los padres con sus hijos sin discutir ni echarse nada en la cara.
Peronistas y Radicales ceban mate sin preguntar, en verano y en invierno. Es lo único en que nos parecemos víctimas y verdugos.
Cuando tenes un hijo le empezás a dar mate cuando él te lo pide. Se lo das tibiecito, con mucho azúcar. Y se sienten grandes... mientras que vos sentís un orgullo enorme. Cuando un pequeño de tu misma sangre comienza a tomar mate, se te sale el corazón del cuerpo... Luego ellos con los años elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón, etc.
Este es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad, o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día en que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates solos...
No es casualidad, no es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma sus primeros mates sin que haya nadie en casa... en ese momento se convierte en una persona adulta. Tal vez porque se siente solo, porque tiene miedo, porque está enamorado, o simplemente tuvo deseos de tomar mate. Pero no es un día cualquiera, ninguno de nosotros nos acordamos el día en que tomamos por primera vez mate solo, pero debió haber un día importante, un día de cambio o tal vez de revoluciones adolescentes.
El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores:
Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena.
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar. Vos hablás mientras el otro toma y viceversa.
Es la sinceridad para decir: "Basta! cambiá la yerba".
Es el compañerismo hecho momento.
Es la sinceridad al agua hirviendo.
Es el cariño para preguntar estúpidamente: "Está Caliente ¿no?"
Es la modestia de quien ceba el mejor mate.
Es la generosidad de dar hasta el final.
Es la hospitalidad de la invitación.
Es la justicia del uno por uno.
Es la obligación de decir "Gracias" al menos una vez al día.
Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.
Ahora vos sabés: "Un Mate"... No es solo un mate... ¿Calentás el agua?

Para terminar les propongo que vean a este fumado, intentando explicar cómo se prepara un mate:

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